Si algo ha caracterizado a nuestra sociedad
en los últimos 15 años, ha sido el volumen que ha alcanzado la libre
manifestación de la inconformidad ciudadana. Desde los albores del foxiato
(2000), al inicio de la década anterior, la relación entre la ciudadanía y la
clase política, se caracterizó por la ruptura de un incómodo mutismo que duró
muchas décadas. Antes de este periodo, lo normal era la disensión silenciosa: se sabía que la ciudadanía no vivía en
acuerdo con la clase política, pero el riesgo de hacerlo público implicaba la
pérdida de la seguridad. Hasta antes de esta época, la “clase política”,
tenía una poderosa arma para minar cualquier manifestación de desacuerdo: la represión.
Durante los 15 años del nuevo siglo, los
espacios de manifestación se han hecho más numerosos y más evidentes. Desde la
plaza pública, hasta los medios de comunicación opositores, hasta llegar al más
íntimo espacio, a través de la relación digital de las “redes sociales”. Hoy
día abundan las manifestaciones tumultuarias en las vías públicas en pos de
alguna intención de inconformidad ciudadana, en condiciones de total apertura y
libertad (y algunas de ellas en medio de un ejercicio de libertinaje). Los
medios de comunicación, electrónicos e impresos, dan espacio libremente a las
más diversas posturas opositoras a cualquier régimen o acto de gobierno (incluso
a algunos evidentemente desinformados, o deliberadamente distorsionados). En
este mismo momento y a cualquier hora del día, transitan a través de las redes
sociales digitales, toda clase de manifestaciones de desacuerdo e inconformidad
ciudadana, desde las más burlescas y grotescas (los memes), hasta las más
sesudas, provenientes de posturas serias, analíticas, correctamente informadas
y bien intencionadas.
De lo que no hay duda es, que si de algo
hay constancia en la relación entre la ciudadanía y la “clase política”, es de
la libertad para manifestar el desacuerdo, abierta y sonoramente. Este es un claro logro de la ciudadanía,
sobre una oprobiosa “clase política”. Pero de la misma forma, ante tanta
comunicación que da la frustrante sensación de que “hay oídos sordos” y una
total falta de sensibilidad ante la inconformidad ciudadana, hay incluso
ocasiones donde las reacciones de los miembros de la penosa “clase política”,
hacen sentir al ciudadano promedio, indiferencia cuando no cinismo, frente a
los pesares y malestares del electorado.
Frente a esto, la incógnita que campea
entre la opinión pública es si tiene
sentido tanta inconformidad manifiesta, sea a través de marchas, mítines,
editoriales de crítica o de cadenas de repudio y ridiculización de la actuación
de los gobernantes. ¿Realmente tanta libertad y apertura a la crítica y el
rechazo ha aportado beneficios y modificado las posturas de los miembros de
nuestra vergonzosa “clase política”? El clamor de los ciudadanos por una mayor
justicia y efectividad del ejercicio de gobierno ¿se ha traducido en un mejor
desempeño o solamente ha arreciado la irritación y la frustración del
electorado? Evidentemente, la cantidad y calidad de la manifestación ciudadana
no se ha traducido en beneficios tangibles y evidentes para la población.
De lo que no queda duda, es que esto no ha
sido por falta de espacios de libre expresión de la inconformidad ciudadana,
pues estos crecen día con día y minuto a minuto. Tampoco por que exista una
represión generalizada de las opiniones divergentes de la sociedad (baste dar
una mirada a cualquier diario o medio de comunicación gráfico cuando suceden
marchas y manifestaciones), ni un escrúpulo por ocultar los sentires (a veces
en tono altisonante) de quienes mantienen posiciones radicalmente opuestas a
las figuras de gobierno, sobre todo en los niveles federales y estatales (lo
municipal, sigue cocinándose de manera diferente).
Todo parece indicar que ni tanto clamor, ni
tanta manifestación ni tantísima inconformidad manifiesta ha sido una evidencia
que hable de la contundencia y efectividad de la protesta y de la
“participación ciudadana”.
Paradójicamente, los años recientes donde la participación ciudadana ha
crecido de manera palpable, existe entre la ciudadanía en general, la sensación
de que la corrupción ha crecido de manera preocupante (“La Cuarta Premisa”).
Luego entonces, el perfil de este tipo de “participación ciudadana” no parece tener la
potencia necesaria para transformar el estado de cosas.
De continuar así, los Ciudadanos estamos
desperdiciando nuestra energía para hacer que las cosas pasen. Sin embargo, si
atendemos a las “Tres Primeras Premisas”, o
lo conseguimos nosotros o estamos condenados a seguir en este penoso estado de
cosas.
La Ciudadanía se ha hecho experta en quejarse, en organizar marchas multitudinarias, en decir ya basta y en lamentarse y darse al pesimismo. Yo no le llamaría a eso “Participación Ciudadana”. Participar es aportar, contribuir, hacer algo concreto para lograr un objetivo común. Qué logramos realmente con quejarnos y marchar juntos? Que el gobierno sepa que estamos descontentos, inconformes, hartos? Ya lo saben… y nos tienen tomada la medida porque no pasa de ahí… Dónde están las propuestas? Dónde están las denuncias llevadas hasta sus últimas consecuencias? Desgraciadamente sigue predominando el miedo, la flojera, la apatía, las excusas, pero nos seguimos quejando… Por ejemplo, no denunciamos un asalto porque “…es una pérdida de tiempo..”, “…no pasa nada…”, “…los policías están coludidos con los ladrones…”, y no es que no sea cierto, es que siguen y seguirán haciendo de las suyas porque saben que no nos atreveremos a hacer algo para terminar con sus fechorías.
ResponderEliminarHay muchos Profesionistas Mexicanos y Ciudadanos en general que, desde sus trincheras están tratando de hacer algo específico y que sin duda tendrá impacto y trascendencia. Si no se nos ocurre qué hacer por la magnitud del problema y su aparente imposibilidad de ser resuelto, por qué no empezar por enterarnos y apoyar a quienes encontraron ya una vía de posible solución a al menos un problema concreto y muy importante, como es precisamente la Corrupción (Cuarta Premisa) y que sin duda puede tener un efecto dominó hacia otros; aprovechar lo que están proponiendo para hacerlo crecer y funcionar, así como para tomar ideas y generar otras propuestas así de concretas.
Desde luego no debemos de olvidar nuestro actuar cotidiano, cómo estamos educando a nuestros hijos, qué ejemplo estamos dándoles tanto a ellos como a nuestras familias en general, nuestros compañeros de trabajo, vecinos, amigos, etc., etc. Estamos siendo congruentes con nuestro decir y actuar o damos “dobles discursos” y actuamos por conveniencia. Es importante hacer esta reflexión todo el tiempo y actuar en consecuencia.
Es imprescindible, en fin, romper el esquema en que tiene el Gobierno a la Sociedad Mexicana, encontrarle su “Talón de Aquiles” y construir nuestro “Caballo de Troya” para lograr terminar con su repudiable proceder
Gracias me encanta tu opinión... Ya estamos en facebook: Ciudadanos Transformando a México
EliminarCuál es la dinámica ahora? Se escribe aquí o en fb? Personalmente, tener los 2 no me parece la mejor idea...
ResponderEliminarDonde sea más facil para ti esta bien, gracias por publicar de cualquier manera...
ResponderEliminar“Cuanto más quieres cambiar el mundo, más tienes que cambiar tu mismo” (Y. Berg)
ResponderEliminarNo soy una mujer avezada en asuntos de política, de finanzas, conflictos sociales entre otros, pero soy consiente de la situación actual que prevalece en nuestro país.
He leído y vuelto a leer cada una de las premisas que Pablo ha plateado de manera por cierto muy clara y precisa en éste foro virtual y gracias a ello, he ganado claridad sobre muchos puntos.
Con gran asombro veo ante mi una situación fuera de control, rebasada por la corrupción de quienes nos dirigen, por la corrupción de los mismos ciudadanos al coludirse en éste circulo vicioso que solo deja de manifiesto la ambición desmedida de muchos.
Comparto la afirmación de Mónica García sobre la educación: “Sin duda hay varios, pero para mi el más importante y trascedente de todos es la Carencia de Educación…” Ante esto me pregunto, ¿si somos así por la educación que hemos tenido por décadas o, tenemos la educación que tenemos por ser como somos?; el hecho, es que México es un país enfermo, es la suma de la calidad de “individuos” que somos cada uno de nosotros, donde adolece no solo del “fracaso de la clase política”, “de la paradoja de la ciudadanía”, “de la impotencia de la participación ciudadana” y mucho más… Adolece de un móvil realmente profundo y poderoso que habita en cada uno de nosotros: Nivel de Conciencia.
No podemos esperar cambiar lo que nos rodea mientras no cambiemos nosotros, y para ello es necesario tener conciencia y en base a ella, trabajar en todos los frentes que están en nuestro alcance y sobre los que tenemos control directo, en otras palabras, iniciar con nosotros mismos y con nuestros hijos, la suma de quienes hagamos éste compromiso, puede gestar grandes cambios.
Gracias Gris y, en congruencia con la frase inicial, el punto de partida es cambiar tu mismo... hacer algo diferente...¿como ayudar a esta iniciativa? La razón de PUBLICAR las premisas es la de acotar alcances y formas que son pertinenentes para la iniciativa. ¿Ya las leíste? mil gracias, ahora dale "me gusta" y compártelo en tu muro. Es indispensable VIRALIZAR esta iniciativa,dar a conocer las premisas y posteriormente el proyecto. Si ya lo posteaste en tu muro MIL GRACIAS. Ahora, el siguiente paso es que cada vez que alguien de tus contactos de "me gusta" o haga comentarios, le INVITES A QUE HAGA LO MISMO: la postee en su muro y así, para reproducir la idea. Transformar a México requiere de TU PARTICIPACION Y LA MIA. Esto que te invito a hacer no es difícil, pero ayuda definitivamente a hacer crecer el esfuerzo. Recuerda que si queremos transformar a México, no podemos hacerlo desde la tribuna de la pasividad, la observación, la queja ni la dependencia. Hay que movilizar voluntades para HACER QUE LAS COSAS PASEN... Gracias por tu apoyo!
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